De nueva cuenta los sicarios del crimen organizado han comenzado a realizar levantones con lujo de violencia en los municipios de Xochitepec y Temixco, aprovechando la falta de vigilancia policial, ya que en Chiconcuac privaron de la libertad a tres jóvenes a quienes torturaron y tras interrogar los fueron a tirar a la Autopista del Sol, vendados, atados y amordazados, pero con vida; en tanto que de la Rubén Jaramillo y de Los Laureles, se llevaron a dos individuos quienes hasta el momento no han sido localizados y se teme por sus vidas.
Incluso a las 19:35 horas, un grupo de mañosos, pretendió levantar a una acaudalada mujer, del interior de su domicilio ubicado en la calle Ávila Camacho de la colonia Lázaro Cárdenas del Río de Cuernavaca –aún costado de la tortillería El Maizal-, pues hasta ahí llegaron diez sujetos armados que fluctúan entre los 17 y 25 años de edad, quienes se brincaron la barda y ya en el interior destrozaron dos barrotes para poder entrar a la vivienda, pero por fortuna en esos momentos la dueña no se encontraba.
Los hechos fueron presenciados por varios vecinos aledaños quienes al notar que los hombres armados iban en dos camionetas una blanca y una negra, ambas sin placas, procedieron a dar aviso a las autoridades correspondientes, pero media hora después se presentaron los elementos policiacos, pero los sicarios ya se habían dado a la fuga, y es que su presencia y actuar causó alarma y terror entre los vecinos del lugar, quienes demandaron a la autoridad mayor presencia policial.
De acuerdo a los reportes policiales, el primer levantón ocurrió a las 15:45 horas, en la esquina de las calles Melchor Ocampo y Leyes de Reforma de la colonia Rubén Jaramillo, frente a la escuela secundaria número 21, a donde arribaron diez sujetos armados a bordo de dos camionetas blancas quienes al percatarse de que ahí se encontraba un individuo ingiriendo embriagantes, accionaron sus armas de fuego al aire y en cuestión de segundo se aproximaron hasta donde él se encontraba para golpearlo, y tras arrastrarlo lo subieron a una de las camionetas para de esa forma llevárselo sin que hasta el momento se conozca por su paradero.
A las 19:20 horas un comando armado a bordo de dos camionetas una blanca y una negra, llegaron a la calle Jazmín esquina con Tabachín de la colonia Los Laureles en Temixco, donde interceptaron al conductor de una camioneta negra y tras darle un cerrón lo bajaron del automotor y se lo llevaron, sin que se sepa su paradero.
Y finalmente a las a las 20:00 horas, sobre la carretera local Emiliano Zapata-Jojutla a la altura de la gasolinera de Chiconcuac en el municipio de Xochitepec, cinco sujetos que viajaban a bordo de una camioneta tipo Suburban de color negro, levantaron a tres jóvenes campesinos vecinos de Atlacholoaya, que circulaban en un auto tipo Jetta de color vino y a la altura de la gasolinera de esa localidad los privaron de la libertad con lujo de violencia.
Los sicarios en cuestión de segundos, se llevaron a los jóvenes Celestino Fierro Salazar de 35 años de edad, Uriel Santillan Hernández de 17 años y a Juan Carlos Ramírez Fierro de 18 años, a una casa de seguridad por esos mismos rumbos, donde los maniataron, vendaron de los ojos y los comenzaron a torturar de forma brutal, ya que los interrogaban sobre cuestiones de drogas, pero como estos no sabían nada, más tarde los fueron a tirar malheridos a la Autopista del Sol, a la altura del retorno de Xochitepec, pues todo indica que los “mañosos” se confundieron y les perdonaron la vida.
Y es que fue hasta las 01:20 horas cuando automovilistas que circulaban sobre la mencionada vía de comunicación se percataron de que sobre el acotamiento había dos personas maniatadas y vendadas de los ojos, además de otra personas en la cuneta, por lo que dieron aviso a los servicios de emergencia, para que acudieran los paramédicos del ERUM, y los auxiliaran y trasladaran a la sala de urgencias del Hospital General “José G. Parres” de Cuernavaca, donde quedaron internados, debido a su grave y delicado estado de salud; y sólo se espera a que se recuperen para que rindan su declaración ministerial y de esa forma sea la autoridad judicial, quien se encargue de darle seguimiento a las investigaciones.