La víctima intento cruzar el río pero se enredo con su propia atarraya y desapareció en las aguas
* Los fatales sucesos ocurrieron el pasado domingo y los servicios de rescate lo ubicaron sin vida en Tlaquiltenango
Después de haberse ahogado un conocido pescador tras enredarse con su propia atarraya, finalmente la tarde de este lunes fue localizado y rescatado su cadáver por los servicios de emergencia en aguas del río Amacuzac en un paraje del municipio de Tlaquiltenango.
De acuerdo a los reportes dados a conocer por la Subprocuraduría de Justicia de la zona sur del estado, el ahora occiso desapareció el pasado domingo por la tarde cuando pescaba en el mencionado río a la altura del ejido Huixastla en Tlaquiltenango.
Los dramáticos sucesos fueron presenciados por decenas de personas, quienes nada pudieron hacer por rescatar al pescador, motivo por el cual procedieron a dar aviso de lo anterior a los servicios de emergencia.
Al llamado de auxilio se presentaron tanto elementos del cuerpo de bomberos como socorristas de la Cruz Roja, quienes se coordinaron y forma conjunta procedieron a iniciar los trabajados de búsqueda y localización y fue hasta las 12:45 horas de este lunes, cuando encontraron el cadáver atrapado entre las ramas, sobre el mismo río a la altura del balneario Las Huertas, en el paraje conocido como El Oasis, y tras rescatarlo dieron aviso a las autoridades judiciales.
Posteriormente se presentaron al lugar del hallazgo elementos de la Policía Ministerial, así como personal de servicios periciales, el médico legista y preceptores del forense, para de esa forma proceder a efectuar las diligencias correspondientes al levantamiento del cadáver del infortunado pescador que en vida respondía al nombre de Francisco Villagomez Vargas, quien contaba con 52 años de edad, y era vecino de la colonia Eusebio Jauregui de la ciudad de Cuautla, quien fue reconocido e identificado por sus consternados familiares.
El caso ha quedado registrado bajo la carpeta de investigación JO01/1764/2011.
Trascendió que todo ocurrió cuando la víctima al intentar cruzar al otro lado del río, éste enredó con su propia atarraya, lo que ocasionó que fuera arrastrado por la corriente, sin que se supiera de él hasta la mañana de este día cuando apareció su cuerpo sin vida en la rivera del río.