Una serie de amenazas y acciones violentas del crimen organizado contra el periódico El Mañana de Nuevo Laredo y sus trabajadores obligaron a este diario fronterizo a dejar de circular el domingo pasado y sólo parcialmente el lunes.
Fuentes allegadas al diario, propiedad de la familia Deándar, aseguraron que un grupo delincuencial, presuntamente una célula del Cártel del Noreste o Zetas de la vieja escuela, habría exigido a los directivos publicar una información, a lo que la Dirección Editorial del periódico se negó.
Los entrevistados no detallaron el tipo de información que los delincuentes pretendían que se publicara.
En respuesta a la negativa de El Mañana, el sábado pasado presuntos integrantes del cártel golpearon a tres distribuidores del periódico e incendiaron una camioneta de reparto, además de obligarlos a llevar el mensaje de su exigencia a sus jefes.
Los directivos tomaron la decisión de que el diario no saliera a circulación el domingo, por lo que las amenazas continuaron vía telefónica.
A pesar de las presiones, la Dirección Editorial se mantuvo firme en no publicar la "nota" que exigía el grupo delincuencial y decidieron tampoco circular el lunes, aunque por la tarde salieron a la calle algunos ejemplares.
El diario volvió a circular ayer con una nota en la portada dirigida a los lectores que señala que por "causas de fuerza mayor" el periódico no pudo circular el domingo y la edición del lunes se repartió hasta en la tarde".
"Sentimos mucho las inconveniencias que esta interrupción fuera de nuestro control le hayan causado. Le aseguramos que estamos poniendo todo nuestro empeño para seguir sirviéndole a usted", señala el editorial.
Aunque se buscó una versión oficial de los dueños del diario fronterizo, no hubo respuesta.
Los propietarios de El Mañana de Nuevo Laredo son familiares de los diarios del mismo nombre en Reynosa y Matamoros.
De acuerdo con las fuentes, desde años atrás la empresa editorial ha enfrentado presiones del crimen organizado, aunque ha sorteado las amenazas.
Desde hace más de 20 años, Nuevo Laredo ha sufrido un ambiente de violencia generado por los cárteles del crimen organizado.
La violencia se recrudeció a partir del 2009 con la ruptura del Cártel del Golfo y de su brazo armado, Los Zetas, que comenzaron a disputarse el control de la plaza.
Apenas el pasado 5 de enero, el crimen organizado en Nuevo Laredo asesinó a Ricardo Martínez Chávez, delegado de la Procuraduría General de Justicia del Estado, junto con tres funcionarios cuando salían de noche de sus oficinas en esta ciudad.
Fuentes allegadas al diario, propiedad de la familia Deándar, aseguraron que un grupo delincuencial, presuntamente una célula del Cártel del Noreste o Zetas de la vieja escuela, habría exigido a los directivos publicar una información, a lo que la Dirección Editorial del periódico se negó.
Los entrevistados no detallaron el tipo de información que los delincuentes pretendían que se publicara.
En respuesta a la negativa de El Mañana, el sábado pasado presuntos integrantes del cártel golpearon a tres distribuidores del periódico e incendiaron una camioneta de reparto, además de obligarlos a llevar el mensaje de su exigencia a sus jefes.
Los directivos tomaron la decisión de que el diario no saliera a circulación el domingo, por lo que las amenazas continuaron vía telefónica.
A pesar de las presiones, la Dirección Editorial se mantuvo firme en no publicar la "nota" que exigía el grupo delincuencial y decidieron tampoco circular el lunes, aunque por la tarde salieron a la calle algunos ejemplares.
El diario volvió a circular ayer con una nota en la portada dirigida a los lectores que señala que por "causas de fuerza mayor" el periódico no pudo circular el domingo y la edición del lunes se repartió hasta en la tarde".
"Sentimos mucho las inconveniencias que esta interrupción fuera de nuestro control le hayan causado. Le aseguramos que estamos poniendo todo nuestro empeño para seguir sirviéndole a usted", señala el editorial.
Aunque se buscó una versión oficial de los dueños del diario fronterizo, no hubo respuesta.
Los propietarios de El Mañana de Nuevo Laredo son familiares de los diarios del mismo nombre en Reynosa y Matamoros.
De acuerdo con las fuentes, desde años atrás la empresa editorial ha enfrentado presiones del crimen organizado, aunque ha sorteado las amenazas.
Desde hace más de 20 años, Nuevo Laredo ha sufrido un ambiente de violencia generado por los cárteles del crimen organizado.
La violencia se recrudeció a partir del 2009 con la ruptura del Cártel del Golfo y de su brazo armado, Los Zetas, que comenzaron a disputarse el control de la plaza.
Apenas el pasado 5 de enero, el crimen organizado en Nuevo Laredo asesinó a Ricardo Martínez Chávez, delegado de la Procuraduría General de Justicia del Estado, junto con tres funcionarios cuando salían de noche de sus oficinas en esta ciudad.