Los 36 cuerpos inhumados en una fosa común en el municipio de Jojutla, en la zona sur de Morelos, serán exhumados para que puedan someterse a pruebas de identificación genética, como en las fosas clandestinas de Tetelcingo.
“Estamos listos para iniciar el proceso de exhumación de los 36 cadáveres que tenemos en el panteón de Jojutla, en la (colonia) Pedro Amaro. Ya comenzamos la logística con las instituciones que nos hacen favor de participar activamente con nosotros”, informó en conferencia de prensa Samuel Nava Vázquez, Coordinador General de los Servicios Periciales de la Fiscalía General del Estado.
Luego de ser presionados por colectivos de familiares de personas desaparecidas y por la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, la Fiscalía General de ese estado autorizó la exhumación de los cuerpos, pues la dependencia no cuenta con los perfiles genéticos de todos los cadáveres, lo que impide que puedan ser identificados, como ocurrió en las fosas de Tetelcingo.
Samuel Nava Vázquez dijo que la Fiscalía de Morelos permanece en espera de que la Procuraduría General de la República (PGR) y la Policía Científica definan una fecha para los trabajos de exhumación.
“Solamente estamos en espera que ellos vean sus tiempos, debido a su sobrecarga de trabajo, tanto la PGR como la Policía Científica. Estamos en espera de la convocatoria para que nos sentemos nuevamente a dialogar por segunda ocasión y poder ya definir las fechas que sería entre el mes de enero y el mes de febrero”, dijo el funcionario del gobierno de Graco Ramírez.
Aunque la conferencia de prensa fue convocada para abordar el tema de las próximas exhumaciones, el Coordinador de los Servicios Periciales de la Fiscalía General no pudo dar detalles del caso, por ejemplo, de los años en los que fueron colocados los cuerpos en la fosa de Jojutla.
“Son de diferentes años, la verdad que no traigo aquí esa información porque eso es papel netamente del Ministerio Público, lo que le puedo decir que son de diferentes años”, dijo.
Los cuerpos exhumados en Jojutla serán sometidos a un proceso de identificación genéticay posteriormente serán inhumados bajo un protocolo forense.
En el caso de las fosas clandestinas de Tetelcingo, luego de aplicarse el protocolo de identificación genética, al menos dos cuerpos de personas que estaban enterrados en ese sitio y que eran buscadas por sus familiares, fueron identificados.