el gobernador de Morelos, Graco Ramírez, se pronunció hoy en favor de legalizar el cultivo de la amapola, sumándose a la convicción del gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo, de que hacerlo a
yudará a terminar con la violencia asociada al narcotráfico.
Ello "reduciría notablemente la criminalidad" asociada a su cultivo y le daría al Estado mexicano los beneficios de una producción y comercialización controlada de la planta opiácea de la amapola, declaró a Efe el gobernador de Morelos, estado del centro de país.
Ramírez mostró su respaldo al gobernador del sureño estado de Guerrero, Héctor Astudillo, en su idea de lanzar un programa piloto para el cultivo de amapola con fines medicinales como una vía para combatir la delincuencia en esta entidad, vecina de Morelos.
Ramírez calificó el planteamiento de Astudillo como "un acto de responsabilidad" al considerar que ya no se puede mantener la prohibición y el combate a un producto como la amapola que es "necesario para la salud".
"No entiendo la lógica de mantener el mercado con una posición prohibicionista cuando evidentemente es un buen negocio para la autoridad", comentó.
El gobernador de Morelos calificó como un "paso importante pero insuficiente" la iniciativa legislativa del presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, de regular la cantidad mínima de posesión de marihuana y autorizar su uso con fines medicinales.
"Estoy convencido de que tenemos que ser realistas y valientes", dijo Ramírez al pugnar por acabar con el "jugoso negocio" de la ilegalidad y tomar los beneficios de esta planta, de la que se extraen la morfina, la heroína y la codeína.
Ramírez consideró que el control de la producción de la amapola permitiría al estado obtener "grandes beneficios" y permitiría ofrecer alternativas a los campesinos que actualmente viven de sus cultivos.
"Tenemos a campesinos pobres con delincuentes ricos", señaló Ramírez al pronunciarse por terminar "de una vez por todas con esta guerra absurda, cara e inútil" al narcotráfico.
Aseguró que la prohibición de la amapola ha tenido un alto costo en vidas debido al nivel de violencia generado por los grupos de narcotráfico, que se han tomado el control de las zonas de cultivo en México.
"Es un desafío muy directo a nosotros y lo que está pagando el país es injusto cuando puede, con una visión civilizada y valiente, resolverlo para que sirva a la salud y no a los delincuentes", agregó.