La Comisión Estatal de Seguridad (CES) y el Ejército mexicano, controlaron este miércoles una rebelión de policías municipales adscritos al Mando Único policiaco que desde el pasado lunes se mantenían bajo protesta por el nombramiento de un nuevo comandante, Isaías Pérez Martínez, y cuya manifestación arreció este miércoles con un paro de labores que obligó a sus mandos estatales a preparar la llegada de 80 elementos recién egresados del Colegio de Policía. ¡NO TE PIERDAS LA GALERÍA! Hoy al medio día, Jesús Alberto Capella, titular de la CES, arribó a la sede de la Policía Municipal, acompañado del Ejército y elementos de la Policía Estatal Acreditable, para llamar al orden a más de 80 elementos policiacos que por la mañana habían intensificado sus protestas, no sólo con la amenaza de tomar la Presidencia Municipal, sino que estacionaron patrulla y motocicletas destinadas para la seguridad sobre la plancha del Zócalo, y les colocaron cartulinas con diversas consignas en el parabrisas, defensas y portezuelas. Desde este lunes, los elementos de la policía municipal, adscritos ahora al Mando Único policiaco que controla la CES, frenaron sus labores y se entrevistaron con el alcalde Rodolfo Tapia a quienes le relataron la serie de arbitrariedades, abusos y humillaciones de las que son objeto por parte de Pérez Martínez –nombrado la semana pasada-, a quien también acusaron de utilizar gasolina y patrullas para trasladar a su familia. Los elementos se quejaron de que además de abusar de ellos y humillarlos, les había retirado algunos derechos como las horas de comida, lo cual había generado también que fuera rechazado por los elementos del municipio de Emiliano Zapata, lugar de donde fue traído Pérez Martínez para encabezar el mando policiaco en Xochitepec. A 48 horas de que el alcalde se hubiera comprometido con ellos a revisar el caso con el mismo Capella, el jefe de la CES anunció su llegada al municipio este miércoles, lo que fue respondido con el traslado de todos los elementos policiacos a la sede municipal de la dependencia donde lo encararon. Tras unos minutos de aparente rispidez, los mandos ordenaron la formación policiaca, y Capella les exigió mantenerse dentro de la disciplina y el orden, y llamó a quien no quisiera permanecer en la corporación, podía retirarse: sólo tres policías decidieron renunciar en el momento, según dijeron, para no sufrir más abusos. Los hechos fueron atestiguados por la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDHEM).