Policías federales entre ellos los de la patrulla 10854, habrían protagonizado una persecución y balacera de cuatro hombres que viajaban en un vehículo Volkswagen color rojo, cuando estos circulaban por la calle Pedro Rodríguez de la colonia Joya del Agua del municipio de Jiutepec, provocando que estos en su huida se estrellaran contra una barda, logrando así detener a dos, pero a decir de los vecinos del lugar, murió uno de los ocupantes del vehículo, hecho que fue negado por las autoridades federales, en medio de la intimidación a una reportera grafica.
A consecuencia del hermetismo de los agentes federales que en todo momento negaron los hechos, autoridades municipales y de la Procuraduría General de Justicia, aceptaron que habían recibido llamadas de los vecinos y testigos de los hechos, que les indicaban que había una persona muerta en la citada colonia de Jiutepec, pero oficialmente nada pues la Federal nunca informó nada.
A decir de los vecinos de la colonia "Los Federales, venían en persecución de cuatro hombres que viajaban en el vehículo Golf Rojo y hubo disparos, por lo que estos chocaron contra el muro y los policías detuvieron a dos, pero uno más, quedó muerto y lo echaron en el asiento trasero del Golf y pidieron que se lo llevaran en una grúa".
Sin embargo, cuando una reportera gráfica de un diario local llegó al lugar y comenzó a hacer su trabajo, fue encarada por dos agentes de la policía Federal, quienes le impidieron seguir tomando fotos y video, llegando al extremo de amenazar con quitarle la cámara y hasta a cortar cartucho a su fúsil, a lo que la reportera dijo a su agresor. "a mi también me vas a matar", luego de que en un principio un federal le había impedido el paso a una vecina que iba a su domicilio diciéndole: "no puede pasar porque hay un muerto".
Por fortuna como una prueba irrefutable de estos hechos, existen fotografías que demuestran que los Federales como revelaron extraoficialmente autoridades municipales, estuvieron en Jiutepec, en la citada colonia y tras la balacera, acordonaron la zona y "no permitieron que se acercaran ni los policías municipales y cuando se les requirió información negaron cualquier dato".
El atentado contra la reportera gráfica de inmediato generó el repudio de los comunicadores locales, quienes exigieron a las autoridades estatales y federales, el pleno respeto al derecho constitucional de la libertad de expresión, e información, pues se recalcó que no se debe combatir a la delincuencia, violando la ley o pisoteando el derecho a la información, a la par que se teme que se pudiera estar frente a un caso similar al de Jethro Ramsés Sánchez Santana, lo que sería grave y delicado, pues atenta contra los derechos fundamentales, todo ello a consecuencia del actuar y desinformación generado por los elementos de la Policía Federal.