Luego de que en las últimas semanas se detectó una posible fusión de células radicales en México que en el pasado realizaron atentados con explosivos y que, bajo la denominación de
Reacción Salvaje (RS), anunciaron ataques terroristas con objetivos humanos y
materiales, las autoridades se encuentran en alerta.
Dicha fusión se describe través de un documento circulado en foros extremistas,
que ya está bajo análisis de los aparatos de inteligencia, denominado “Primer
Comunicado”. El mismo está fechado el pasado 14 de agosto en Cuernavaca,
Morelos, y muestra fotografías de dos encapuchados.
De acuerdo con la explicación que ahí se hace, esta organización, que se define
como “delictiva-terrorista”, está formada por más de una decena de células o
grupúsculos entre los que se encuentra Individualidades Tendiendo a lo Salvaje
(ITS), grupo que se ha reivindicado la colocación de explosivos, envíos de
paquetes bomba e incluso homicidios.
“RS tomará la iniciativa del ataque a personas-objetivo como lo fue con ITS,
pero también cargaremos contra la propiedad pública y privada. (…) En resumen,
todo aquello que implique civilización, tecnología y progreso será atacado con
fiereza”, señala el documento.
El documento reivindica varios ataques más perpetrados por las distintas
células, algunos cuya autoría no se conocía, como por ejemplo el del paquete
explosivo en el Instituto Nacional de Psiquiatría en diciembre del 2011 o el del
paquete bomba en oficinas de Sepomex en febrero del 2013.
Uno de estos grupúsculos de nombre “Circulo de Ataque Punta-Obsidiana” dice
haber enviado un sobre bomba al rector de la UNAM en marzo de este año.
En el comunicado RS subraya que los ataques se perpetrarán contra cualquier
objetivo seleccionado por las distintas células que gozan de libertad operativa,
y adelanta que no habrá consideración si hay daño a personas de por medio
“Los centros de investigación junto con sus científicos serán incendiados, las
empresas que promueven la artificialidad, junto con sus empleados, y ejecutivos,
sufrirán atentados”, indica el documento.
Se subraya que las células gozan de autonomía para actuar y “podrán llevar a
cabo tanto actos de sabotaje como terroristas (si así lo desean), cuando
quieran, rompiendo con las formalidades del ataque y las fechas grupales
predestinada”.
Estas amenazas, sumadas a los atentados con bombas caseras por presuntos grupos
antisistema en Chile, y a la cercanía de fechas clave como el próximo desfile
militar del 16 de septiembre o el aniversario del 2 de octubre, han llamado la
atención de los órganos de inteligencia y seguridad.
Fuentes del gabinete de seguridad confirmaron que se instruyó el reforzamiento
de monitoreo e inteligencia para detectar y si es posible neutralizar cualquier
tipo de amenaza contra la infraestructura urbana, estratégica, o contra la
población.
“Estamos atentos a lo que ocurrió en Chile y es una situación que en México se
ha presentado con otras magnitudes. No es algo que se pueda detallar pero sí es
motivo natural de análisis y seguimiento”, dijo un funcionario con conocimiento
del caso.
Aunque no se han reportado incidentes recientes en el país, ha sido común en los
últimos años ataques cometidos con artefactos explosivos caseros, algunos
enviados incluso ex profeso, y que han dejado personas heridas. En septiembre
del 2009 se registraron ataques antes y después del desfile militar en el Centro
Histórico del DF.
En documento dividido en cinco secciones, anuncia que luego de tres años de
ataques de ITS inicia una “nueva fase de guerra abierta contra el Sistema
Tecnoindustrial” y subraya la fusión de al menos una decena de células distintas
con capacidad operativa en Morelos, Distrito Federal, Estado de México,
Guanajuato, Aguascalientes, Hidalgo, Coahuila, Veracruz, Puebla y Zacatecas.
Esta organización se deslindó también de la llamada Federación Anarquista
Informal, del grupo Células del Fuego, y de cualquier otra organización de corte
“eco anarquista”.