La comunidad de San Juan Tlacotenco, vivió momentos de terror la noche del pasado martes, cuando integrantes de una familia practicaban un exorcismo a tres jóvenes, los cuales aparentemente había jugado la ouija días antes y habían quedado en estado en trance.
Víctor Manuel Rojas Demesa, director de Seguridad Pública de Tepoztlán, explicó que el rescate de los tres jóvenes se complicó debido a que tenían convulsiones, además presentaban movimientos involuntarios que impidieron su fácil traslado.
Que si lo que manifiestan que les costó un poco de trabajo ponerlas en orden, verdad. Y le digo que fueron trasladadas allá a Cuernavaca al Parres, y una de ellas los mismos familiares no permitieron que fuera llevada, la metieron al interior de su hogar y dijeron que no, pues que no era causa médica, que era religiosa, entonces los compañeros dijeron bajo su responsabilidad se las dejamos ahí”, relató.
La casa donde se registró el exorcismo se encuentra a una cuadra de la Iglesia Católica de esta comunidad, sin embargo, la familia practica otra religión, por lo que no fue atendida por los párrocos de dicha congregación.
Los mismos vecinos dan testimonio, de que durante un día los gritos y golpes, se escucharon día y noche por toda la calle, “en el poblado de San Juan se encontraban una personas con crisis convulsiva, convulsionando, de aquí se trasladaron a una unidad y al arribar, vieron que efectivamente si se trataba de una forma así como sí tuvieran ataques epilépticos”.
La noticia se comenta en los lugares públicos del pueblo, como “El Exorcismo de San Juan”, y de acuerdo a fuentes oficiales los tres jóvenes rescatados son los hermanos Alejandra y Sergio Alvarado Huerta de 22 y 23 años, además de su primo Fernando Alvarado Cuevas de 18.
Una tarjeta médica, describe los síntomas que presentaban los jóvenes, “existe un antecedente de un trastorno sensitivo (esto es, entumecimiento, visión doble, ceguera, sordera, o alucinaciones), alteración muscular (debilidad o parálisis localizada, falta de coordinación, dificultad para deglutir, o una “masa en la garganta”), convulsiones (crisis convulsivas), o alguna combinación de estas”.
El parte médico agrega, “la enfermedad sigue de manera estrecha a un estrés o conflicto psicológico importante, pero los síntomas no se simulan ni se producen intencionalmente”