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Habitantes de la comunidad de San Rafael, municipio de Tlaltizapan, intentaron linchar en la plaza pública a tres jóvenes detenidos por el robo de cable de teléfono en la región.
El ayuntamiento de Tlaltizapan informó que hoy, alrededor de las 6:00 horas, campesinos encontraron dormidos a dos personas en una huerta de limón, llevaban tres costales en cuyo interior había cable de Telmex.
Entonces, llamaron a los vecinos para detenerlos al igual que al conductor de un taxi que los sacaría del poblado.
A los imputados los llevaron caminando a la plaza pública y con el mismo cable que llevaban en los costales, la gente los ató a un poste en la cancha de básquetbol, y les vendó los ojos.
Los habitantes se congregaron en la plaza y exigían quemarlos vivos al acusar que se trataba de integrantes de una banda que opera en la región.
Después del mediodía arribó un contingente de policías estatales, ministeriales y la fiscal de la Procuraduría estatal, Anaí Vargas Ovando, quien intentó convencerlos de entregar a los jóvenes.
Sin embargo, los inconformes se negaban a entregarlos bajo el argumento de que las autoridades los soltarían de inmediato. Después de varias horas de negociaciones, finalmente se los entregaron.
Los imputados son: Juan Carlos y Moisés “N”, ambos de 19 años de edad, y Tomás “N” de 27 años.
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Habitantes de la comunidad de San Rafael, municipio de Tlaltizapan, intentaron linchar en la plaza pública a tres jóvenes detenidos por el robo de cable de teléfono en la región.
El ayuntamiento de Tlaltizapan informó que hoy, alrededor de las 6:00 horas, campesinos encontraron dormidos a dos personas en una huerta de limón, llevaban tres costales en cuyo interior había cable de Telmex.
Entonces, llamaron a los vecinos para detenerlos al igual que al conductor de un taxi que los sacaría del poblado.
A los imputados los llevaron caminando a la plaza pública y con el mismo cable que llevaban en los costales, la gente los ató a un poste en la cancha de básquetbol, y les vendó los ojos.
Los habitantes se congregaron en la plaza y exigían quemarlos vivos al acusar que se trataba de integrantes de una banda que opera en la región.
Después del mediodía arribó un contingente de policías estatales, ministeriales y la fiscal de la Procuraduría estatal, Anaí Vargas Ovando, quien intentó convencerlos de entregar a los jóvenes.
Sin embargo, los inconformes se negaban a entregarlos bajo el argumento de que las autoridades los soltarían de inmediato. Después de varias horas de negociaciones, finalmente se los entregaron.
Los imputados son: Juan Carlos y Moisés “N”, ambos de 19 años de edad, y Tomás “N” de 27 años.