2013/01/26

VISITANDO EL MUSEO EL CASTILLITO DE CUERNAVACA

El Castillito Por la calle Agustín Güemes, aquella que desciende en espiral, precisamente en el arranque de su curva se encuentra una inconfundible construcción porfiriana de clara influencia francesa. Los habitantes de la zona la conocen como el Castillito. Edificado a principios de siglo para que sirviera de vivienda al encargado del parque Porfirio Díaz. Abandonada desde la revolución, fue recuperada por el gobernador del estado Vicente Estrada Cajigal. En 1986 fue destinado como sede del Consejo Consultivo Municipal y Museo fotográfico de la Ciudad. El recinto realmente es una miniatura; sus pequeñas salas cuentan con muebles de la época y exhiben en una agradable atmósfera algunas de las fotografías más antiguas de la ciudad. El Castillito está construido totalmente con tabique comprimido elaborado en Cuernavaca en una fabrica ultra moderna para esos tiempo, la cual se encontraba instalada en los terrenos donde se localizaba hace varios años la casa de reposo de los esposos Miller nombrada "El Buen Retiro" y que fue sitio de la primera feria de la primavera de Cuernavaca al sur de Plaza Cuernavaca. Los productos elaborados en dicha industria no solo se construyeron en el Estado de Morelos, si no en varias partes, y grandes cantidades se exportaron a la ciudad de México y a los Estados Unidos. Los propietarios de la empresa fueron el constructor del Ferrocarril Mexico-Cuernavaca y destructor de nuestros bosques el Sr J.H Hampson, Don Adolfo Grimwood y Don Ramón Oliveros. La Poduccion de esta fabrica era de 50 mil tabiques diarios, con este mismo material el contratista Don Macedonio Hernández Contreras (padre de Don Ramón Hernández Navarro), Quien fue presidente municipal) trabajó en varias edificaciones aparte del "Castillito", tales como el desaparecido Mercado Municipal, el Hotel Moctezuma (Hotel Peñalba) y la casa situada en la esquina de Comonfort y Lerdo de Tejada la cual fue construida para el Dr. Dickens. El Castillito quedó abandonado en la revolución, y en los años treinta el entonces gobernador del Estado Don Vicente Estrada Cajigal, lo acondicionó para que ahí viviera el Sr. Arcadio Varela, encargado de parques y jardines y del programa de reforestación de la ciudad, Don Arcadio (el apóstol del árbol de esta región) lo ocupó desde esas fechas hasta su muerte ocurrida en el año de 1962. Despues su hijo Jorge continuó usufructuando la propiedad hasta la fecha de su muerte en el año de 1983. Posteriormente una señora con la que había vivido con la cual no procreó ningún hijo, siguió viviendo en la casa acompañada de sus vástagos, habiendo destruido su aspecto con un total abandono de la propiedad.